[Castillo de los Sueños] Mi hermano y el caballero

por **Soul Artist** » Lun Nov 30, 2015 7:50 pm

—I'm lost inside a sea of burning tears...

Ya había caído la noche. Llevaba dos días clavados en Bastión Hueco, los cuales había dedicado al máximo a mi entrenamiento. Volvía agotada a mi habitación tras ellos, intentando demostrar a Nanashi de lo que era capaz e intentar lograr algo de reconocimiento por su parte; sin embargo, no podía quitarme de la cabeza que mis suspensos en las clases acerca de magia estaban estropeando aquellos avances. Así que, idiota de mí, la noche anterior había cogido y había seguido haciendo ejercicio.

Pero necesitaba respirar. Llevaba horas sin dormir, cansada, sudando y totalmente incapaz de parar. Había visto a Nathan un par de veces, el día que nos reclutaron y durante el desayuno del día anterior, pero... Nada más. Me había saltado el desayuno del día siguiente y como cena había tomado un par de mordiscos de manzana. No tenía ganas de más, y tampoco Pikachu, a quien había dejado durmiendo en mi habitación.

Aquella noche necesitaba ir lejos, muy lejos. Alejarme de Bastión Hueco, de Villa Crepúsculo, de... Cualquier sitio conocido. Y por eso estaba allí, sentada encima de un muro, a la luz de la luna, dejando fluir mis sentimientos a través de la música de mis cascos, con las gafas protectoras bien colocadas para ocultar mis lágrimas.

Giré mi cabeza y observé el enorme edificio azulado, semejante a una estructura de cristal. Era un lugar hermoso, tan grande que me hacía sentir pequeña ante su belleza. Los mapas no mentían: era un auténtico castillo de los sueños.

Imagen

—II wish I could tell you everything I see everything I hear; my life is what you find on the street...

Mi voz quebrada se perdía en aquel lugar apartado del pueblo, a medio camino entre este y el castillo. Había encontrado lo que parecían ser los restos de una pequeña casa y lo había tomado como mi lugar; me senté en el muro y apoyé mi espalda en una viga cercana.

Y allí cantaría hasta quedarme agotada, si con eso lograba sentirme mejor.

por **Astro** » Lun Nov 30, 2015 7:51 pm

—Que le den, ya no me entra nada más.

Cerré el libro con brusquedad, apartándolo a un rincón de la mesa. Teoría de la magia, menudo tostón. Me froté los ojos con fuerza, intentando despejarme. Habían sido dos días de locos. Unirme a la orden de Bastión Hueco, aprender a utilizar unos poderes mágicos salidos de la nada, entrenarme para luchar por los mundos contra los sincorazón... Por no mencionar una supuesta guerra con otra facción de caballeros. Genial. A veces no podía evitar preguntarme si no había cometido el mayor error de mi vida.

Había estado tan ocupado, entre entrenamientos y ajustarme a los nuevos horarios, que casi no había visto a mi hermana. Sólo dos veces desde que llegamos, de hecho. Decidido a pasar un rato con ella, me levanté de un salto de la silla. A estas horas debía de estar en su cuarto.

Cogí una bolsa de ositos de gominolas y salí pitando por el pasillo hacia su habitación. Al llegar, ni siquiera llamé a la puerta, abrí directamente. Estaba abierta, pero... Victoria no estaba dentro. Sólo Pikachu, su maldita mascota heredada, que me miraba con cara de pocos amigos desde la cama.

—¿Dónde se ha metido esta chica...?

En el cuarto de baño tampoco estaba, y no creía que estuviese entrenando a estas horas. Sin más ideas me dejé caer en su cama, con el móvil en la mano, y llamé a su número.

—¿Vic? Estoy en tu cuarto, ¿dónde narices estás?

por **Soul Artist** » Lun Nov 30, 2015 7:52 pm

Mi momento de relajación se vio interrumpido con la vibración de mi teléfono móvil en mi bolsillo. Lo saqué y la foto de un chico con cara seria y aburrida apareció: mi buen hermanito, Nathan. Me limpié las lágrimas y los mocos y contesté con algo de desgana, pero intentando ocultar mi estado anímico. Vi, mientras lo hacía, a la figura de un hombre cabalgando a caballo por el camino principal, en dirección al castillo.

—Aquí la tontiángel favorita de todos —bromeé para fingir encontrarme bien—. Si no es para regalarme chuches puedes colgar.

—¿Vic? Estoy en tu cuarto, ¿dónde estás?

Maldito entrometido. Sí, no me importaba que se metiera en mi habitación como Pedro por su casa, cosas peores había hecho durante nuestros años juntos; pero no podía negar que sí me molestaba que lo hiciera si yo no estaba. Al menos, ahora que estábamos en Bastión Hueco y no viviendo en alguna nave gumi cualquiera. Sentía mi espacio un poco más... Invadido.

—He salido a dar una vuelta. —Una vuelta por el intersticio, pero una vuelta después de todo, ¿no?— No te preocupes. La buena de Victoria siempre sabe cuidarse de los problemas, ¿recuerdas?

Desvié la mirada hacia el caballero para encontrarme que ya no estaba sobre su animal. De hecho, caminaba hacia mí con una pesada armadura. No era capaz de verle bien en la oscuridad, pero sin lugar a dudas se trataba del mismo hombre.

—Espera, Nath. —Aparté el teléfono un momento, recordando que los habitantes de los mundos no podían ver aquella clase de cosas. Técnicamente tampoco mis cascos o a las muy malas mis alas, pero a la mierda las normas de la Federación—. ¿Oiga? El castillo no es por aquí. Mire allí, es bonito y azul, imposible de equivocarse. No estoy incumpliendo ninguna norma, sólo estoy...

—¡Te encontré, Knight!

Sólo vi una lanza volando hacia mí desde la oscuridad. Casi me atravesaba la cabeza; en su lugar, con total precisión, perforó y destrozó mi teléfono móvil. Gemí de terror y me caí del muro de espaldas, donde me pude quejar de dolor.

No tenía tiempo para pensar. Ahogué un grito de terror y retrocedí de espaldas, ocultándome entre la maleza. ¡Mierda, el móvil!

por **Astro** » Lun Nov 30, 2015 7:54 pm

—He salido a dar una vuelta. No te preocupes. La buena de Victoria siempre sabe cuidarse de los problemas, ¿recuerdas? —contestó.

Fruncí del ceño de inmediato. No sonaba del todo normal. Conocía a mi hermana, y un picor en la nuca me decía que no estaba siendo tan sincera como debería. Me incorporé, todavía sentado en su cama, con la mosca detrás de la oreja. Esto no me olía bien.

—¿Una vuelta a dónde...? Oye, ¿estás bien? Te noto rara.

—Espera, Nath. —me interrumpió. Un molesto ruido de fondo parecía indicar que estaba moviendo el móvil o algo por el estilo, ¿qué estaba haciendo?—. ¿Oiga? El castillo no es por aquí. Mire allí, es bonito y azul, imposible de equivocarse. No estoy incumpliendo ninguna norma, sólo estoy...

—¿Vic? ¿Con quién estás hablando? —Mi alarma de hermano mayor sobreprotector se encendió con fuerza. Esto olía cada vez peor.

—¡Te encontré, Knight!

—¡Vic! ¡Victoria, respóndeme! ¡¡Vic!!

Nada, no hubo respuesta. Ni siquiera línea: tras un fuerte golpe, su móvil dejó de responder y la llamada se cortó. Intenté llamarla de nuevo, pero nada. ¡¿Qué de qué le había pasado?!

Le dí una patada a una silla al ponerme de pie, asustando a Pikachu de paso. Nervioso, y cojeando por el daño que me había hecho yo solo, me puse a dar vueltas por la habitación, intentando centrarme. Vale, estaba claro que Victoria se había largado a otro mundo, el castillo de Bastión Hueco no era azul. ¡¿En qué estaba pensando esta chica?! ¡No habían pasado ni tres días desde que nos unimos y ahora podía estar en peligro!

—Castillo azul, castillo azul... —Seguro que lo habíamos visitado con anterioridad, pero no terminaba de recordar dónde—. ...¡El Castillo de los Sueños!

Dejé caer la bolsa de chuches en la cama, al lado de una Pikachu que cada vez me miraba peor, y salí a todo correr por el pasillo hasta llegar a una de las enormes terrazas del bastión. Invoqué mi armadura y mi glider, y me elevé hacia el intersticio.

—¡Ya voy, hermanita!

por **Soul Artist** » Lun Nov 30, 2015 7:54 pm

Escondida entre los matorrales como un conejo asustado en su madriguera. No era mi estrategia preferida, pero ante el elemento sorpresa de ser atacada no es que tuviese muchas más opciones. Guardé silencio, me ajusté las gafas en la frente para que no se me desprendieran y observé en silencio a mi atacante, el cual caminaba lentamente hacia mi posición.

Se trataba de un caballero, eso seguro. Su armadura era oscura, con ligeros tonos rojos que contrastaban bien con los de su escudo y su casco. Lo más interesante es que todos estos elementos parecían muy resistentes, pero no eran propiamente metálicos: más bien aparentaban ser escamas, semejantes a los de un lagarto gigante. Podrían ser de... ¿Dragón?

No había dragones en el Castillo de los Sueños, ¿verdad?

Spoiler: Mostrar

El caballero tomó la lanza clavada y me maldije a mí misma por no habérsela robado. Era un arma menos con la que él contaría, y precisamente el combate cuerpo a cuerpo era mi especialidad. Ni loca me acercaba a él mientras tuviese aquello en sus manos.

—No te escondas, Knight. Puedo olerte —dijo don poderes de perro mientras daba una vuelta sobre sí mismo, defendiéndose con el escudo opara evitar un ataque sorpresa—. Llevo años buscándote. Vendrás conmigo, aunque tendrá que arrancarte los brazos en el proceso.

Joder qué tipo más amable. Encima de atacarme y destrozarme el teléfono móvil quería arrancarme los brazos si no le acompañaba hasta la casa hecha de golosinas y dulces varios. Sí, sonaba todo muy apetitoso.

Pues no iba a ser yo quien cayese, no sin una buena pelea. Una vez más, se dio la vuelta sobre sí mismo intentando localizarme: era mi momento. Apreté mi puño derecho y me lancé con un salto sobre él, segura de mí misma. Se dio cuenta de inmediato y se colocó a la defensiva con su escudo, pero era demasiado tarde.

—¡Te voy a dar yo brazos cortados, pedaz...!

¡Ay! ¡Ayayayay!

Me caí al suelo cuando mi mano entró en contacto con las escamas de su defensa. Daba igual que fueran escamas: ¡aquello había dolido más que pegar a una pared de acero, joder! ¡Y encima la superficie era puntiaguda, lo que hacía más daño, cago en dios!

El hombre atacó por instinto con la lanza, golpeándome por un costado. Me tiré al suelo y rodé como pude; debilitada, levanté mi peso sobre mis codos y maldije para mis adentros.

—Mphf. Aquí ha habido un error.

¡Tu madre un error!

por **Astro** » Lun Nov 30, 2015 7:55 pm

Conducir el glider a tanta velocidad fue una mala idea. Pero que mu mala. Estuve a un pelo de meterme de cabeza en un agujero negro, por no hablar del choque contra un pequeño meteorito que casi me manda a la otra punta del intersticio. No podía quitarme de cabeza la imagen de Victoria huyendo de algún tipo de monstruo, o quizás de un maníaco que quería arrancarle las alas para examinarlas. Digamos que no sería la primera vez que pasase. Por lo que conducir un glider que hacía dos días, literalmente, que tenía y encima a tanta velocidad, se estaba convirtiendo en un pequeño intento de suicidio involuntario.

Eso sí, al final conseguí llegar a mi destino: el Castillo de los Sueños.

Imagen

Se trataba de un mundo bastante soso y ñoño, tirando a primitivo, donde destacaba un enorme castillo que parecía estar hecho de cristal. Todo muy cursi para mi gusto. Pero no era eso lo que debía preocuparme...

—¡¡Victoriaaaaaa!! —grité, nada más deshacerme de la armadura y el vehículo.

Había aterrizado en las afueras del pueblo que rodeaba el castillo, y aunque todo parecía indicar que estaba en el mundo correcto por el mencionado castillo, que era “bonito y azul”, no tenía forma de saber en qué parte exacta estaría. Victoria no era tan irresponsable como para haber intentado meterse en el castillo ella sola, y si lo hubiera hecho al menos me habría llevado con ella, así que primero decidí buscar por las calles, gritando su nombre cada dos por tres.

—¡¡Victoriaaaaaa!!

¡La encontraría aunque tuviera que ir casa por casa!

por **Soul Artist** » Lun Nov 30, 2015 7:55 pm

Me coloqué de rodillas y observé con resentimiento a mi atacante. El hombre de la armadura me superaba, era algo que tenía mucho más que claro; podía sacar los puños y hartarme a pegarle, pero lo único que recibiría sería más daño. Necesitaba otra estrategia.

Aaah, maldita sea. Era ahora cuando me arrepentía de no haber conseguido aprender nada de las clases de Nanashi en el ámbito mágico o, a las muy malas, con la Llave Espada. Estaba limitada a un estilo de combate, y con ello condenada al fracaso inmediato. Apreté los dos puños, los coloqué frente a mi rostro y...

—Tú no eres Knight.

Bajé las manos y ladeé la cabeza. ¿Era alguna clase de estratagema para confundirme y que bajara la guardia...? No. El caballero descendió su arma y su escudo y me observó con la barbilla bien alta, analizándome de arriba abajo.

¿Lo estaba diciendo en serio, o...? ¿¡Yo qué contestaba a eso!?

—Eh... ¿No, no lo soy?

—Mis disculpas, mi dama. —El hombre se arrodilló frente a mí, disculpándose con sinceridad. Seguía sin saber cómo reaccionar—. Busco a un Knight de distinta envergadura. Un rival personal de tiempo antiguos.

—Pero...

Esto era de risa.

por **Astro** » Lun Nov 30, 2015 7:56 pm

—¡¡VICTORIAAAAAA!!

¡Dónde puñetas se había metido esta chica! Rezaba para que mis peores temores no se cumplieran. De imaginar que le arrancaban las alas para examinarla cual conejillo de indias, había pasado a visualizarla como esclava en un circo donde la no-asombrosa Victoria se tiraba desde un trampolín gigante y acababa estrellándose contra el suelo porque sus alas no servían para volar. Agité la cabeza con fuerza, intentando quitarme esos pensamientos de la mente. ¡No, no, tenía que estar bien!

Recorrí gran parte de las afueras del pueblo lo más rápido que pude, gritando como un loco en su busca. Pero no había ni rastro de ella, ni de nada que pudiera indicarme su posición. Hasta que, a lo lejos, pude ver una inusual escena.

Una figura, equipada con una llamativa armadura que parecía simular a un dragón, arrodillado frente a otra silueta con grandes alas metálicas en su espalda. ¡Victoria!

Spoiler: Mostrar

No me lo pensé dos veces. Bueno, directamente ni lo pensé. ¡Ese tío le estaba haciendo… algo! ¡Algo malo, seguro! Salí corriendo en estampida hacia ellos y, cuando llegué, no me paré precisamente a saludar. Salté para propinarle una fuerte patada en la cabeza al capullo de la armadura.

—¡¡Aléjate de mi hermana, cretino!!

por **Soul Artist** » Lun Nov 30, 2015 7:56 pm

—... y si juntas esta pieza con esta otra, podrás convertir tu celular en un manos libres. Ahora no necesitarás la pantalla, ¿ves?

—¡¡Aléjate de mi hermana!!

Salido de la nada como un puma enfurecido surgió mi hermano volando en el aire, directo hacia el casco de mi nuevo peor amigo. Estaba arrodillado frente a mí, enseñándome cómo convertir los restos de mi teléfono libre en un dispositivo de comunicación que funcionase sólo con la voz; había perdido la capacidad de jugar a los marcianitos, pero eh, el invento era útil para el combate y tal.

El pie de Nathan impactó en la cabeza del hombre y este se inmutó a duras penas. Movió un poco el cuello y dejó que mi hermano se resbalara y cayera, como si acabara de chocar con un muro. Le pasaba lo mismo que a mí: el tío era jodidamente resistente y muy por encima de nosotros.

—¡Pero qué haces, imbécil! ¡No puedes atacar a la gente sin preguntar! —Mis ojos se dirigieron hacia don caballero oscuro—. Lo mismo te podría aplicar...

—Mi error, mi dama. ¿Quién es el atac...?

El hombre fue a dar su mano a mi hermano para ayudarle a levantarse, pero se quedó sorprendido al girarse y mirarle a la cara. Dio un salto hacia atrás y tomó su lanza, clavada en el suelo, además de su escudo ultrarresistente. De golpe había entrado de nuevo en modo violento y poco amable.

—¡Knight! ¡Nathan Knight, por fin te he encontrado!

Aaah, eso explicaba muchas cosas.

por **Astro** » Lun Nov 30, 2015 7:56 pm

—¡Jodeeeer, qué daño!

Me llevé las manos a la pierna, dando brincos en el sitio. ¡Ese tío estaba hecho de piedra! Bueno, técnicamente llevaba una armadura y tal, pero joder, incluso así eso me había dolido. De verdad Acabé cayendo de culo al suelo, sujetándome el pie mientras hacía muecas de dolor, y mirando con cara de pocos amigos al capullo de la armadura.

—¡Pero qué haces, imbécil! ¡No puedes atacar a la gente sin preguntar!

—¿Qué? ¡Te estoy salvando, desagradecida! —protesté a gritos.

—Lo mismo te podría aplicar... —añadió, mirando al otro.

—Mi error, mi dama. ¿Quién es el atac...? —fue a decir él, paro paró en seco al mirarme.

Le devolví una mirada de cabreo, deseando que le explotara ese caso tan feo que llevaba. De pronto, el caballero dio un salto hacia atrás y se puso en posición de combate, con una lanza y un escudo preparados para ser usados contra mí.

—¡Knight! ¡Nathan Knight, por fin te he encontrado!

—¿Qué de qué…? ¿Cómo coño sabes mi nombre? —pregunté, levantándome con rapidez, todavía cojeando un poco—. ¡Y aparta esa lanza de mi cara antes de que te la meta por el culo!

Miré de reojo a mi hermana, esperando respuestas por su parte, mientras me ponía en posición de combate.

»¿Puedes explicarme de qué va todo esto?

por **Soul Artist** » Lun Nov 30, 2015 7:57 pm

—¡No hay tiempo para interrogantes! ¡Nuestro duelo ha de continuar, Knight!

El caballero atacó sin cuartel a mi hermano, dispuesto a no dejar que le metiese la lanza por donde había amenazado. Me quedé sentada observando el combate y procesando la información dentro de mi cabeza, pues todavía me estaba costando comprender bien las cosas.

—Pues a ver, manito... Este señor me atacó por error confundiéndome por un Knight, y parece que te buscaba a ti —Coloqué los brazos en pose de regañina, inflada de morros—. ¿Has vuelto a apostar con gente de acento extraño que no debías?

Hizo un barrido con la lanza y echó a Nathan con fuerza hacia atrás. Lo cierto era que le superaba mucho en nivel, algo que había podido comprobar por mí misma apenas unos instantes antes; dudé sobre si ayudarle o no, porque claramente por sí solo no iba a poder ganar. Lo que me preguntaba eran las intenciones de nuestro nuevo mejor amigo.

—Este Knight y yo somos enemigos jurados desde tiempo ha —aseguró el desconocido, dándose su tiempo para ponerse dramático y dar un respiro al pobre Nathan—. Muchos años ya han pasado desde que nos enfrentamos por vez primera... ¡Pero ese conflicto terminará hoy!

—Am... —Hice los cálculos con los dedos de mis manos, extrañada por aquella afirmación—. Nathy, ¿le rompiste su tren de juguete en la guardería o algo?

Pues con la fuerza con la que atacó el señor caballero, aquel tren de juguete debía estar hecho de oro o algo.

por **Astro** » Lun Nov 30, 2015 7:58 pm

—¡No hay tiempo para interrogantes! ¡Nuestro duelo ha de continuar, Knight!

—¿Qué de qué estás hablan...? ¡Uooh!

Me aparté justo a tiempo para evitar que la lanza me atravesara el costado, rodando por el suelo. ¡Este tío estaba como una cabra! Ni siquiera tuve tiempo para hablar o preguntarle, porque en cuanto me había incorporado, volvió al ataque. Por si fuera poco, su armadura le hacía prácticamente inmune a cualquier puñetazo o patada que pudiera darle, y utilizar la llave espada... Bueno, digamos que, en palabras de Ariasu, parecía que la sujetaba como un mono capuchino esquizofrénico. Sí, yo tampoco entendía la referencia, pero venía a decir que lo hacía fatal. Las espadas no eran lo mío.

—Pues a ver, manito... Este señor me atacó por error confundiéndome por un Knight, y parece que te buscaba a ti —explicó Victoria, echándome esa mirada de suficiencia que ponía cuando era yo el que metía la pata—. ¿Has vuelto a apostar con gente de acento extraño que no debías?

—¡¿Qué?! ¡No! —protesté, apartándome justo a tiempo para evitar un lanzazo del capullo—. Bueno, no desde que me timaron con el juego de cartas Guyioh... ¡Pero de eso hace un año como mínimo!

Me habría gustado decir que el golpe siguiente me acertó porque estaba distraído hablando, pero habría sido una mentira bien gorda. El capullo de la armadura era mucho más fuerte que yo, y de un rápido movimiento con la lanza me tiró al suelo de espaldas con brusquedad. Dolorido, me arrastré hacia atrás, alejándome del enemigo mientras intentaba pensar en alguna manera de vencerle... ¡Y encima mi hermana ni siquiera me ayudaba!

—Este Knight y yo somos enemigos jurados desde tiempo ha —declaró, con un tono que parecía que estuviésemos en alguna película medieval—. Muchos años ya han pasado desde que nos enfrentamos por vez primera... ¡Pero ese conflicto terminará hoy!

—Am... Nathy, ¿le rompiste su tren de juguete en la guardería o algo?

—¡TÚ rompiste mi tren de juguete cuando éramos pequeños! —le reproché, poniéndome en pie con algo de dificultad—. ¡Y yo a este tío no le conozco de nada! ¡Ni siquiera sé cómo se llama!

Vale, durante estos años viajando por los mundos había hecho alguna que otra cosa mala, pero digo yo que recordaría tener un archienemigo jurado que me persigue por el intersticio para celebrar un duelo a muerte.

La bombilla de una buena idea se encendió en mi cabeza y, en cuanto el capullo de la armadura empezó a hablar para responderme, utilicé el último hechizo que había llegado a aprender. Esquirla: una roca afilada surgió del suelo, directa hacia su cabeza. Con un poco de suerte, le acertaría y tendría la fuerza suficiente como para soltarle el casco. Sin protección en la cabeza, podría tanto ver quién era y si le reconocía, como partirle la cara a puñetazos aprovechando que sería vulnerable en esa parte.

por **Soul Artist** » Lun Nov 30, 2015 8:01 pm

—¡Argh!

La Esquirla había logrado quitarle el casco al buen caballero. Su rostro quedó al descubierto y Nathan saltó sobre él para pegarle dos puñetazos, uno de los cuales pareció romperle la nariz; el desconocido gruñió y, de un puñetazo en el estómago de Nathan, lo mandó a volar. Se golpeó contra la pared sobre la que estaba sentada y la destrozó, haciéndome caer de culo.

Me costó un rato ver algo entre la humareda de polvo. Noté la figura del hombre agacharse para recoger su casco, y cuando se despejó lo suficiente pude finalmente verle el rostro. Expulsaba muchísima sangre por la nariz, por lo que podía imaginar que el golpe de Nathan había sido súper efectivo. Y además...

—¡Oh dios mío! ¡Es...!

Nope, definitivamente no le había visto en toda mi vida. Miré a mi hermano para ver si le reconocía, pero además de parecer estúpidamente dolorido, tampoco parecía reconocerle. Un hombre de aspecto muy adulto, con el pelo ya canoso y quebradizo, arrugas en su piel...

—¡Volveremos a encontrarnos, Nathan Knight! ¡Esta batalla cuenta como tablas para tu suerte!

Y así como vino, desapareció. Levantó una mano al cielo y dos haces de luz le alcanzaron a él y a su caballo. Me tapé los ojos, sorprendida por el reflejo, y al volver a mirar se habían esfumado. Desaparecidos.

—Así que... —miré a Nathan—. ¿Fanfare de victoria, supongo?

por **Astro** » Lun Nov 30, 2015 8:05 pm

—¡Argh!

—¡¡Te voy a romper los dientes!!

Salí disparado hacia el maldito tío de la armadura en cuanto vi que el casco se separaba de la armadura. ¡Esta era la mía! Guiado por la rabia y la ira, le solté dos puñetazos en la cara y juraría que hasta llegué a romperle la nariz, pero un inesperado golpe de su parte me mandó volando hasta chocar contra una pared de piedra. Auch.

—¡Oh dios mío! ¡Es...!

Sacudí la cabeza, intentando aclarar mi vista, para mirar la cara del tío. Pero...

—¿Qué de qué...? —Parpadeé, perplejo—. ¿Quién es?
Por el careto que mi hermana estaba poniendo, ella tampoco le reconocía. Era viejo, con canas en el pelo y aspecto de haber pasado toda su vida siendo un guerrero, pero... Que no, que no me sonaba de nada.

—¡Volveremos a encontrarnos, Nathan Knight! ¡Esta batalla cuenta como tablas para tu suerte!

—¡Que no te conozco de nada, tío pelma! —protesté, cabreado.

No llegó a responderme. Levantó un brazo, y dos luces cegadoras que surgieron del cielo les envolvieron a él y a su poni, llevándoselos con ellos. ¿Qué de qué acababa de pasar ahora mismo?

—Así que... ¿Fanfare de victoria, supongo?

—Claaro. A ti no te han zurrado de lo lindo gruñí, doblando un poco la espalda para ver cuánto me dolía. Vale, mucho—. Salgamos de aquí.

Invoqué mi glider, todavía dolorido, y me preparé para montarme, pero paré un momento para mirar a mi hermana. Por un momento lo había olvidado, pero ahora el enfado y la preocupación iban desapareciendo y daban paso a las ideas... y a las preguntas.

»¿Se puede saber qué hacías aquí sola? Me tenías preocupado, so tonta.

Puse mala cara a su respuesta, pero sin llegar a insistir. Mi hermana era así de rara cuando quería. Ambos nos subimos a los gliders y volvimos derechitos a Bastión Hueco.

Qué noche más rara, tío.