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Muy buena eh... elección. Alex... Alec —se corrigió en esta ocasión al responderme —
. Sobre como te enfrentarías a ellos... Te daré entrega de tu llave espada de inmediato, no te preocupes y sí. Volverás a Ciudad de Halloween siempre que quieras, aunque para eso tendrás que esperar un poco para que puedas defenderte tú solo.En su mano volvió a aparecer aquella extraña llave de antes y me la acerco para que la cogiera.
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Eh... Coge esta espada y conviértete en mi discipulo. Estoy eh... seguro de que a Fran, a Fyk y a eh... Ragun les hará mucha ilusión tenerte como compañero.Dude por unos segundos si cogerla o no, pero al final aferre el mango de la llave con fuerza. Al instante esta desapareció en un haz de luz y volvió a aparecer en manos de Kazuki. Pero ya estaba hecho, en el momento en que había tenido el arma en mis manos algo dentro de mí había despertado, sentí un nuevo poder recorriéndome y estaba seguro de que si lo intentaba ahora mismo podría sacar mi propia Llave Espada.
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Lo de las aventuras era tentador, pero lo de ser tu discípulo si que me lo tendría que pensar durante bastante tiempo, no es que me caigas mal ni nada, pero tengo la sensación de que tus clases serían comparables a las de la profesora de magia.Esperaba no decepcionarle con esa respuesta, pero ahora que había obtenido un arma como esa, la magia había perdido todo interés, si es que alguna vez lo tuvo, claro.
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Bien, pues eh... Ya está. Tienes tu propia llave espada. Solo tienes que eh... pensar en ella, desear que venga a ti para que aparezca. Es bastante facil —me explicó el Maestro Kazuki mientras sacaba una placa de metal del bolsillo del pantalón y me la entregaba—.
Eh... esta es una armadura. Esa plaquita es moldeable y puedes colocarla en cualquier sitio de tu cuerpo... Eh... Una vez un aprendiz tuvo la idea de colocarsela en su... Eh... bueno. Da igual —sí, tenía razón, era mejor no entrar en los detalles de ese tema—
. Para activarla solo tienes que pulsar el botón en cuanto te la hayas eh... colocado. Ah, no la actives aún. Primero deberías ir a recoger tus cosas y despedirte de quien necesites. Ya sabes, antes de que puedas volver quizás pasan un par de semanas o un mes entero... creo.Asentí haciéndole saber que lo había entendido todo y me coloque la placa sobre el hombro derecho, encima del adorno en forma de telaraña que tenía mi chaqueta.
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Pues entonces voy a ir a despedirme y recoger cualquier cosa que me sea de utilidad allá donde vayamos —le informé a mi posible futuro maestro —
.Intentare no tardar mucho, así que no te duermas.Salí corriendo de la plaza para entrar en la zona donde vivían las brujas. Pase de las bromas e insultos del resto de jóvenes y me centre en llegar a la puerta de mi casa, a la cual llame y al instante se abrió, cosas de brujas, llegan a un momento en que se vuelven vagas hasta para recibir a los invitados.
Llame a mi madre y la busque por el primer piso, pero al no encontrarla allí abajo subí por las escaleras y llame a la puerta de su estudio. Como me esperaba, al entrar me encontré a mi madre enseñando los elementos básicos de la magia a tres brujitas que no llegarían siquiera a los cinco años. Mi madre, Materna, al verme les pidió a las pequeñas que esperasen para hablar conmigo.
Salimos de la habitación y me prepare para lo que venía.
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Alec, tu profesora me ha dicho que has vuelto a desaparecer durante la clase ¿Es que no piensas nunca levantar la cabeza y dejarte de falsos trucos para empezar a estudiar enserio y convertirte en un poderoso brujo? ¿O al menos en uno capaz de lanzar los hechizos básicos de brujería? Materna siguió recordándome durante unos cuantos minutos más mi condición de inútil en la magia hasta que se cayó y me miro fijamente esperando una respuesta de mi parte.
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Mama, yo… —me estaba costando realmente encontrar las palabras adecuadas para decirle lo que había decidido, aun así cogí aire y empecé a hablar —
.Hoy he conocido a un poderoso hechicero que me ha ofrecido ser su aprendiz y enseñarme los caminos de la magia e incluso el manejo de las armas. Además, este hechicero a avisado al Alcalde de un terrible peligro que corríamos al tener a todas esas extrañas criaturas merodeando por la ciudad, sin contar que en un ataque de estas me ha salvado la vida así que creo que es justo que me ponga bajo sus enseñanzas para agradecérselo y…—
Alec, basta —me cortó mi madre más seria que antes —
. Estoy cansada de tus mentiras y excusas para esquivar las clases. ¿Por qué no puedes ser como los otros jóvenes de tu edad? ¿Tanto te cuesta aprender a usar la magia?Apreté los puños para contenerme y no descubrir la forma de mi Llave Espada enfrente de ella, pero conseguí relajarme a tiempo y con el tono más serio que jamás hubiese usado le respondí:
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Esto no es ninguna mentira, mama, por una vez estoy hablando enserio. Sé que siempre te doy problemas y que no soy el hijo ejemplar que hubieses querido tener, pero te prometo que me convertiré en el más poderoso de los brujos gracias a las enseñanzas de este hechicero. Te aseguro que cuando vuelvas a verme sabré conjurar hechizos que serán la envidia del resto de madres. —
¿Entonces vas a irte? Alec…ya te has hecho mayor, aunque aun sigas comportándote como un crio, pero quizás ya sea hora de que decidas que es lo que quieres hacer. Supongo que tendría que haberme fijado antes de que la magia nunca ha sido tu mayor interés, así que no tienes porque verte obligado a aprenderla solo por hacerme sentir orgullosa, con que aprendas al menos a abrir una puerta me vale... —parecía que había conseguido convencerla y demostrarle que ya podía tomar decisiones por mí mismo, pero me fije que sus ojos empezaban a llenarse de lagrimas, cosa que hizo que me arrepintiese durante unos segundos de haber decidido ir con Kazuki.
La abrace para que se tranquilizara y asentí agradecido porque me dejara partir hacia otros mundos. Tras el abrazo me fui directo hacia mi habitación y cogí algunas ropas y barajas para el viaje, después volví con mi madre que se estaba secando las lágrimas.
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Vendré siempre que pueda a visitar e incluso traeré nuevas e innovadoras ideas para Halloween, mejores que esos monstruitos.—
Tu concéntrate en aprender de ese hechicero y deja la fiesta de Halloween a Jack —me pidió con una sonrisa mientras me abrazaba —
.Buena suerte hijo y ten cuidado, eres lo único que tengo.—
Lo sé, mama, puedes estar tranquila.Tras despedirme, salí de la casa y volví a la plaza donde me esperaba Kazuki. Por el camino me replantee la idea de ser aprendiz de este tal y como le había dicho a mi madre, pero tampoco me iba a motivar mucho estudiar con alguien que estaba en Babia todo el rato. Al llegar a la plaza ya tenía mi decisión hecha. Me acerque a Kazuki y le sonreí.
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Bueno, ya tengo todo preparado y he hecho mis despedidas, además, me interesa el tenerte como Maestro, así que supongo que nos veremos bastantes veces. —ya aprendería el arte de la espada de otra forma, pero iba a demostrarle a mi madre de lo que era capaz como brujo y cuando volviese les iba a enseñar a algunos mis nuevos trucos. Luego recordé que no había invocado todavía mi nueva arma.
Mire a mi nuevo Maestro esperando a que me diese permiso de hacerlo ahora.
Quizas la despedida es algo rapida, pero creo que he escrito en este post lo mismo que en todos los demas juntos...