Umm, si está bien, joven Kousen, ¿podrías olvidar eso de "otro mundo"? ¡Se suponía que era un secreto! Y los secretos son secretos y, debido a tal secretismo, permanecen secretos. ¿No habrá alguna manera de que puedas provocarte amnesia a ti mismo? Seguro que hay muchas maneras creativas, como el coco de una palmera o una gran roca. ¿Lo intentamos? Aunque a lo mejor no quieres... no seguro que no quieres. A nadie le gusta que le golpeen la cabeza con una roca. Al menos a nadie de los que yo conozco, que no son tantos. O tal vez sí. No lo sé...
- ¡¿G-golpearme la cabeza?! - Tengo que admitir que por un momento me asusto teniendo en cuenta la actitud de la desconocida, que afirma llamarse Yami. - ¿Pero tan grave es lo que ha dicho? Es decir... no es algo tan descabellado. Ahora que lo pienso es posible que yo no sea siquiera nativo de este mundo...
Miro al cielo estrellado por un momento y me quedo un poco cautivado mirando las estrellas, según me dijeron, la noche que aparecí hubo un destello cuando cayó una. Una sola estrella. - Despues de todo, algo tan hermoso y extenso como esto no puede existir solo para decorar la noche de un mundo tan limitado y reducido como este, ¿verdad? - La emoción me invade momentaneamente con la confirmación de mis sueños.
Parpadeo cortando el efecto hipnótico que la bóveda celeste ejerce y sonrio ligeramente mirando a Yami. - Perdón por esa instrospección momentánea pero... ¿No hay otro modo de arreglar este pequeño incidente que no sea... así?