por Nell » Dom Ene 08, 2012 12:36 am
Ronin comenzó a reírse a carcajadas de repente, por un lado, a causa del atrevimiento del chico, y por otro…
—Pero chico, ¿cómo vamos a prohibir a una panda de aprendices novatos a permanecer aquí quietecitos sin más? No, la verdad es que no hay una “restricción” propiamente dicha, debido a que sino se escaparían a escondidas de todas formas. Podéis salir, ir a visitar a vuestras familias… Con un Maestro acompañándoos, o en su defecto, solos, pero bajo propia responsabilidad —explicó brevemente, calmándose—. Bueno, las dos reglas a las que me referían eran: no propagar el conocimiento de que existen otros mundos, ni intervenir en los asuntos de aquellos que no se incumban a tu misión. ¿Entendido o alguna duda?
A pesar de que Mike llevaba desde su más tierna infancia entre aquellas paredes, puede que no fuera tan extraño que no conociera las normas básicas, puesto que nunca había salido a otros mundos, ni le habían hecho partícipe de ninguna de las actividades de los portadores (al no ser, ni portador, ni aprendiz siquiera).
—Esas son las básicas, pero contigo me gustaría aplicar algunas más, por tu caso especial —sentenció de pronto Ronin—. Ahora, cuéntame, ¿qué es lo conveniente que debes hacer nada más llegar a un nuevo mundo? Piénsalo. Imagina que estás en una misión en solitario, ¿cuáles deben ser tus primeros movimientos en un campo desconocido?
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