por Soul Artist » Jue Ene 05, 2012 3:58 am
—¿Y ahora tú por qué lloras? —preguntó el borracho, tirando más del pelo de la muchacha.
Aquella distracción le costó caro. De un rápido movimiento, la mujer utilizó su arma para, con un sencillo sablazo, romper el revólver del borracho por la mitad. Al borracho le costó inmutarde, pues cuando se dio cuenta de que su atacante estaba más cerca intentó disparar, sin éxito. Puso el grito en el cielo y se echó atrás, soltando a la chica y lanzándola contra ella; esta la recogió en brazos sin soltar su arma. Uno de los amigos del hombre disparó su pistola, pero la adulta bloqueó la bala sin apenas esfuerzo con su arma, calculando perfectamente hacia donde se dirigía.
Fue entonces cuando Sharon vio su oportunidad y atacó con su látigo, el cual se estiró hacia el brazo del que acababa de disparar y se lo agarró con fuerza. Este gritó de dolor al notar las espinas clavándose en él e intentó librarse de ella poniendo su otra mano sobre el látigo, sufriendo más por no haberlo pensado antes. Su compañero fue a su rescate apuntando hacia ella; pero antes de poder llegar a apretar un gatillo, un fuerte "bang" rezumbó por sus oídos y la pistola salió volando en dirección contraria. Ryan acababa de disparar y había acertado completamente en el arma de fuego del enemigo.
—¡Huid! ¡Huid! —gritó el cabecilla de los tres, levantándose del suelo y echando a correr. El compañero que había sido sorprendido por Ryan fue tras él, mientras que el otro no pudo moverse de su sitio, todavía preso del látigo de Sharon.
—¡Esperadme! ¡No me dejéis atrás! —gritó desesperado.
La mujer de la enorme Llave dedicó su mirada hacia Sharon, todavía manteniendo entre sus brazos a la joven Line.
—Dejen escapar a los otros dos. Pondremos carteles en su búsqueda; con la Federación como nuestro aliado, no creo que tardemos mucho en capturarlos. Señor Kit, he oído que tiene una nave Gumi, y fantástica, por cierto. ¿Podría llevar al maleante que su mujer ha capturado hasta ellos, por favor?
—Por supuesto —afirmó Ryan, contento de ser útil—. Sharon y yo nos acercaremos allí, no tardaremos mucho. Solo... Dígale a Ronin que ahora tendrá que pagarnos él una cena. Por tardón.
La mujer sonrió ligeramente al hombre, aunque todavía con seriedad.
—Se lo diré —aseguró, afirmando con la cabeza.
El matrimonio Kit dejó el lugar, en dirección hacia las enormes puertas que llevaban hacia la salida de Ciudad de Paso y donde podrían tomar su nave Gumi para salir, a la vez que obligaban al preso a caminar hacia allí. La mujer, por su parte, volvió a dirigir su mirada hacia la delicada chica que tenía entre los brazos.
—Tranquila, ya estás a salvo —le aseguró, acariciándole el pelo—. Me llamo Nanashi. ¿Quién eres tú, criatura?