En episodios anteriores…
-Juraría que hemos saltado por algo duro –señaló, buscando con la vista-. ¡Igual hay un tesoro enterrado!
-Arranca, Yeyo –ordenó Axelpower-. Debemos llegar al oasis antes de que anochezca.
Yeyuko dedicó un último vistazo a la arena y se sentó correctamente. Puso la marcha del coche a primera y arrancó, levantando arena del desierto. Y al hacerlo, un aguijón grande y morado salió un momento de la arena, volviendo a ocultarse bajo ella, mientras un montículo seguía el coche lentamente.
[center]Episodio 1x12[/center]
-Dame una razón para que no te pegue una hostia.
-¿Que me estimas demasiado, tal vez?
Hawk bufó, enfadado. Ya era casi de noche, y en vez de estar durmiendo plácidamente en su tienda de campaña, estaba congelándose de frío en el interior del todoterreno, tapado con una manta y mirando con ira asesina a Axelpower. Una vez más, su información había fallado; no había oasis alguno cerca donde poder dormir. Habían estado dando vueltas desde hacía un par horas y nada, ni el más mínimo rastro de agua.
-La culpa es tuya, Hawk –señaló Yeyo, con aquella sonrisa inquebrantable-. Deberías haberlo prevenido.
-¡No me vengas con esas! –saltó, enfadado-. ¡Tú también podrías haberlo hecho!
-No, yo no, tenía que conducir.
-¿¡Y qué tiene que ver eso!?
-Ya lo siento –se disculpó Axelpower, mirando detenidamente su GPS-. Juraría que había un oasis. Pero un error lo tiene cualquiera, ¿verdad?
-Eres el peor informante del mundo –se quejó Hawk, cruzándose de brazos y acomodándose en su asiento.
Ray, al ver que las palabras del joven habían entristecido a su compañero, sacó su hacha y la acarició mientras miraba de reojo a Hawk.
-¡Bueno, puede que tampoco tanto! –se apresuró a corregir, al verla y adivinar sus pensamientos-. Pero después de esto no me fío. ¿Cómo sabes que los saqueadores están donde tú crees?
-Confío en mi información –contestó, mientras se rascaba el dedo gordo de su mano izquierda-. Créeme, están allí.
-Entonces, ¿vamos a tener que acampar por aquí? –Preguntó Yeyuko-. ¡Me pido dormir en el coche!
Ray susurró algo y bajó del todoterreno. Axelpower abrió la puerta y dio un salto a la arena, aterrizando perfectamente. Se acercó a ella y la miró a la cara, con aquel eterno gesto de enfado.
-¿Va a durar mucho más esto? –le preguntó, de brazos cruzados-. Porque me gustaría acabar con esto cuanto antes.
-Ya lo hemos hablado, Ray –le intentó tranquilizar Axelpower-. Esta misión y ya está. No volveré a pedirte que cooperes con alguien que no conoces.
-Pero es que son idiotas –se quejó, señalando con la cabeza a Yeyuko, el cual estaba con las manos en el volante y haciendo “brum, brum” con la boca-. Y el tal Hawk me cae gordo.
-Tú aguanta, por favor –le rogó su compañero-. Mañana capturaremos a los saqueadores y todo habrá acabado. Te lo prometo.
Ray le miró de reojo, insegura.
-¿Seguro?
-Si no se acaba, dejo de ser informante.
-Algunos intentarían alargarlo si fuese así –comentó, fijando su vista en Hawk.
Axelpower suspiró, indignado. Ray le ignoró completamente y continuó con lo suyo.
-De todos modos, la presencia del idiota de Narrador por aquí me preocupa –dijo, mirando a otro lado-. Podría estar adelantándose a nosotros en estos momen…
Una gran montaña de arena se levantó tras Ray antes de terminar la frase. Desde el todoterreno, Hawk se levantó bruscamente al verlo, e intentó divisar algo a través de la niebla de arena que había aparecido alrededor de la mujer y su compañero.
-¿Qué ha pasado? –preguntó Hawk, preocupado. Yeyo se giró para mirar lo que sucedía.
-Cinco platines a que Ray ha visto una hormiga a la que poder matar –apostó Yeyuko, sin prestar atención-. O que está matando a Axelpower.
A los pocos segundos, los dos compañeros salieron de la tormenta de arena corriendo. Rápidamente, ambos se subieron al coche, y mientras Ray agarraba su hacha, Axelpower se puso a golpear el volante.
-¡¡Arranca, arranca!! –ordenó a Yeyo.
-Di “por favor”.
-¡¡Por favor!!
-Ahora di “te lo suplico”.
-¡¡Te lo suplico, arranca!!
Yeyo giró las llaves del todoterreno, y se quedó pensativo.
-Ahora di “Yeyuko es mi Dios, Yeyuko es el mejor, Yeyuko mola mogollón”.
-¡¡Que arranques de una puta vez!! –ordenó Axelpower, al borde de un ataque de nervios. Yeyo se quejó por lo bajo y arrancó, poniendo en coche en primera y saliendo disparados.
-¿Qué es lo que sucede? –preguntó Hawk, alarmado.
De la tormenta de arena salió una bestia de muchas patas y un caparazón, con pinzas enormes y un gigantesco aguijón en lo alto que salía de la parte trasera de su corteza. Se trataba de un escorpión de color rojo granate, de unos veinte metros de ancho y tres o cuatro de alto. En cuanto localizó el todoterreno, con un seseo, movió rápidamente sus patas hacia ellos.
-¿¡Qué es eso!? –preguntó Hawk, histérico, mientras sacaba su pistola de su bolsillo.
-¡Una bestia! –Contestó Ray, agarrando su hacha con fuerza-. ¡Y es toda mía! ¡Como alguien se meta, le mato!
Ray se levantó de su asiento, pero Hawk le agarró del pantalón y la bajó.
-¿¡Estás loca!? ¡No puedes enfrentarte a ella en estas condiciones!
-Oh, por favor –se quejó ella-. Soy Ray Hino. Me he enfrentado a cosas peores.
-¡Pero no a escorpiones gigantes! ¡Así que quédate quieta aquí!
Ray hizo una mueca y se cruzó de brazos, picada. No le gustaba acatar órdenes, pero era cierto que no podría con él en aquella situación.
El escorpión lanzó su gran aguijón contra el coche. Yeyo giró el volante, esquivándolo. Hawk disparó su pistola contra su enorme caparazón, pero las balas rebotaron al hacer contacto. Se agachó y recargó su arma con una mueca.
-¿¡Alguien sabe algo de escorpiones!? –gritó, mientras metía el cargador en la pistolas.
-¡Son nocturnos! –Explicó Axelpower desde su asiento-. ¡Normalmente no se mueven de su escondite de día a menos que noten la presencia de hormigas, lo que le habrá atraído hasta nosotros! ¡Son arácnidos, no insectos, como el mundo piensa, y…!
-¡Quiero cargármelo, no hacer un trabajo de Biología! –Se quejó Hawk-. ¡Dime algo que realmente me ayude!
-¡Apunta a los ojos!
Hawk se levantó y comenzó a buscar con la vista los ojos de la enorme criatura con la vista, mirando de izquierda a derecha.
-¿¡Qué ojos!?
Se agachó de nuevo cuando una de las pinzas pasó por encima suyo, intentando capturarle, e insultó al arácnido por lo bajo. La situación era grave; necesitaba algo gordo para cargárselo. Necesitaba fuerza. Potencia.
-¡Yeyuko, usa tu lanzacohetes! –pidió Hawk.
-¡No, que los cohetes son caros! –contestó Yeyo, conduciendo aún.
-¡Si no lo haces, moriremos todos!
-¿Y a mí qué me importa eso?
-¡Te daré 1.000 platines!
Yeyo esquivó otro ataque del aguijón de la bestia, y se lo pensó.
-¡Que sean 5.000!
-¡¡No te pases!!
-¡5.000 o nada! ¡Tú decides!
Hawk se mordió el labio inferior, y finalmente afirmó la cabeza.
-¡Vale, 5.000 platines! –confirmó.
-¡Que sean 10.000!
-¡¡Eso es demasiado, cabrón!! ¡Que tengo una moto que pagar!
-¡Tú eliges~~!
-¡Vale, 10.000! ¡¡Pero acaba con él!!
-¡Que sean…!
-¡Que acabes con él de una puta vez!
-Vaaaale. Axelpower, conduce tú.
Mientras su compañero ocupaba el asiento de piloto, Yeyo saltó habilidosamente junto con Hawk y Ray. Recogió de debajo de los asientos de estos una gran caja de metal y sacó de ella su enorme y querida arma, que abrazó cariñosamente.
-Sólo te quiero a ti, nena –le susurró, dándole un besito de cariño.
Apoyándosela en el hombre derecho, se levantó y apuntó hacia el centro del caparazón, donde, con una sonrisa en la cara, disparó su cohete. El proyectil chocó contra el escorpión, y su enorme cara explotó. La bestia gritó de dolor y se metió bajo tierra, malherida.
-¡Trabajo hecho! –Señaló Yeyo, agachándose para guardar su arma-. Y ahora…
Un sonido chirriante sonó, e instintivamente todos se taparon los oídos. Al cesar, todos se quedaron quietos.
-¿Qué ha sido eso? –preguntó Axelpower. Hawk se levantó y miró al suelo.
-Arranca –ordenó, con los ojos en blanco-. ¡¡Arranca!!
Axelpower pisó el acelerador al máximo, pero no lograron subir. La arena estaba siendo tragada por un gran agujero que había bajo el suelo, llevándoselos hacia su interior.
-¡¡Arranca!! –gritó histérico.
-¡¡No puedo!!
Finalmente, el agujero les arrastró hasta el borde, donde se quedaron colgando. Hawk se sentó rápidamente en su asiento y se puso el cinturón de seguridad.
-¡¡Agarraos!! –avisó, mientras sus manos agarraban con fuerza el asiento.
Al segundo siguiente, el todoterreno cayó hacia el interior del agujero, adentrándose en una especie de cueva subterránea.
¡En el próximo episodio…!
-Tal vez con unas palabras secretas –señaló Yari-. ¡O con una llave!
¡No os perdáis el próximo episodio!
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Acción otra vez, hace mucho que no se ve. Tampoco es una pelea “directa” (mejor dicho, no es una pelea), pero en fin.
Siento colgarlo hoy, pero resulta que mañana tengo un asunto y dudo que me pueda conectar, así que hala. Me alegro que el experimento funcionara, tendré que practicarlo algo más. Y en general, no hay mucho que comentar.
Bueno, con el capítulo anterior la audiencia bajó considerablemente, 200 lecturas. Pero eh, después de las 500, es algo completamente normal xD
Ax, lo del tiempo de permanencia luego lo edité comentándolo. Es por si hay que cambiar miembros de este Staff en el FanFiction, y para explicar por qué hay antiguos miembros del Staff que ya no son. El foro no lleva este tipo de “contratos”.
Babasss, gracias como siempre, he editado lo que señalaste. Menos lo de “duré”, suena así porque es la forma de hablar de Tilan. Pero gracias de todos modos, lo demás me fue muy útil ^^
Yari, ya te comenté lo de los guiones xD Para quien no lo supiera, es que se me olvidó poner el nombre. El nombre que debía venir ahí es “Diego KH”, Hawk lo conocerá.
En fin, espero que os siga gustando ^^